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domingo, 5 de diciembre de 2010

Moleskine

Como para no perderme del todo, ahora reviso una libreta preciosa que me regaló Emc y encuentro un Haiku que ya tiene casi un año y puedo compartir.

tan enérgicas
murmuran las chicharras
que las escucho


cuentan de siestas
calurosas acequias
perros que ladran.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Disuelto en la belleza


Era una noche apenas de otoño que había sentido (o hubiera querido) más fresca, pero no. Lleve la campera puesta mientras los pasos, resultaba más cómodo y elegante que plegarla -es de una tela muy dúctil- hasta que entrara en el bolso. Recuerdo otras escalas menores, pero guardo la escena en la que él se detuvo para abrirse en mil gajos de sensaciones frente a uno de esos carteles de anuncios de marco verde, cerca de uno de los vértices de la plaza que supo ser cárcel y será lo que el Gobierno de la ciudad dicte. No conocía la poesía ni el nombre del poeta, traté de guardarlo en la memoria, pero tampoco, preferí disfrutar de esa silueta delgada que distante en la penumbra se quebraba de placer, como enajenado, tan diferente a lo que había mostrado hasta entonces. Él no se dejó descubrir, pero al menos ese mismo otoño, sin ayuda, descubrí al poeta.

Como para que tenga un algo la entrada, y para decir de dónde robé el título, en el suplemento Radar del domingo pasado se puede leer una nota sobre el Cuchi Leguizamón. Espero se pasen estos días un poco aveloriados.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Sochu no Fuji


Anoche empecé a crear imágenes en mi cabeza. La idea original fue de dibujos simples, con menos trazos sin tantos detalles, líneas que apenas digan, trazos que apenas muestren. Enfrentada a un completo desconocimiento de artistas quería que alguien me muestre bellos dibujos orientales que nunca antes hubiera visto. Recordé que unas semanas atrás, buscando vaya a saber que capricho, me había topado con unas fotos minimalistas de paisajes y pájaros de un fotógrafo japonés, cuyo nombre no anoté y ya perdí el rastro. Entonces quise pasar esas imágenes a dibujos, pero no veía los dibujos terminados, sino que quería ver como se iban formando los trazos. Como un dibujo animado que se fuera creando. Mi búsqueda se perdió en otros horizontes e inesperadamente me crucé con Hokusai leyendo la poesía del río que me capturó hace un tiempo. Recurrí entonces a lo bello conocido, para seguir luego buscando algo nuevo. Pero claro ya era tarde y estaba cansada. Me debo lo nuevo.

Sochu no Fuji (Fuji en una ventana), publicado entre 1834-1835, es una de las tantas formas de ver el monte Fuji.