miércoles, 5 de junio de 2013

Banquete

A veces pasa que le queda un resto de tiempo al día,
y lo destino a prepararme un modesto banquete para la cena: con lo que hay.
Algunas verduras en gamas de verde,
y cortadas a destajo, se saltean en una olla pequeña.
Un poco de condimento, unos trozos de canela y una cucharada de miel para el final.
Mmmm… destapar la olla y sentir que el vapor huele rico.
Unas papas, previamente hervidas, se gratinan con crema y trozos de queso,
el rallador más fino espolvorea nuez moscada.
Los cuencos de colores se llenan,
hay rodajas de pan casero y un vaso de vino.
La mesa parece repleta,
el tenedor alterna en una y otra de las concavidades: azul, verde... se vacían.
El vaso lleno otra vez.
La modorra se adueña del poco resto del día,
las tareas de mañana que pensaba revisar quedarán para el viaje.
Tom Waits carraspea de fondo, el gato duerme.
Unas hojas lejanas suenan detrás de la ventana, entra fresquito,
y todo me envuelve como si estuviera en una fonda de algún pueblo lejano
listo para conocer.