martes, 29 de enero de 2013

Litoral



                      Al despertar, el hechizo seguía. Si alguien me hubiera dicho que la mañana del día anterior había besado a Lisa en el corredor de Las Zanjas, no lo hubiese creído. *

La primera imagen que vi desde el taxi, luego de cruzar el puente e ingresar a la isla del puerto donde está el camping, fue una pareja  besándose con toda la furia de una noche de verano. Estaba oscuro y solo ellos quedaron iluminados por los faroles del automóvil mientras caminaban y empezaban a besarse. Eran las 5 a.m. y la tormenta que pensé que había dejado caer por completo al hacer tiempo en la terminal, se quedaría hasta media mañana. Me sentí bien, sonreí y pensé que estaba entrando a un lugar de buen tiempo.



*en una página que recién abrí al azar de Los galgos, Los galgos, de Sara Gallardo, lectura que me acompaño en este buen tiempo. 

viernes, 11 de enero de 2013

El mapa y el territorio

Entro a la farmacia y me doy cuenta que hay un tiempo de espera importante, justo encuentro un asiento vacio, espero que algunas de las personas quiera ocuparlo -la población de una farmacia siempre tiene un promedio de edad elevado, y quise ser respetuosa a persar de mi agotamiento-, pero se ve que la ansiedad por la medicación se lleva mejor de pie y nadie ocupó la silla, me siento y saco el libro de la funda que está dentro de mi bolso. El señalador da comienzo a un nuevo capítulo y ahí empiezo a leer.
Una señora muy pequeña en tamaño y algo mayor en edad, que ya había llamado mi atención por su atuendo, contextura y movimientos, se sentó en la silla de al lado, que eran las únicas sillas de la farmacia. Antes de poder finalizar de leer la primera oración, se me acercó y con un "disculpame" comenzó el diálogo.

       -Disculpame que te moleste, solo una pregunta, pero ¿vos te podés concentrar para leer en un lugar así  con toda la gente hablando alrededor?- me dijo con una velocidad y unos gestos un poco alarmantes.
      - Sí, no tengo problemas- fue mi respuesta, pero claro si alguien me habla ya se complica. Además, la situación despertó una risa interna que por supuesto me desconcentraba, porque a partir de ahí mi mente se focalizó en imaginar miles de posibles vidas que podía otorgarle a la señora, por lo que aunque leyese palabras ya se habían alejado de Jed el protagonista de la novela.

Como era de esperar las interrupciones continuaron -soy atractora de personajes sin dudas-, unas más para seguir el diálogo inicial, y otra posterior luego de un par de páginas leídas, donde abordó un nuevo tema, el de la inflación, con la promesa de ser la última interrupción. Ahí me enteré de sus hijas, de sus compras en el supermercado, y -esta era fija- su soledad. Por suerte la señora era mujer de palabra.

Hace tiempo una amiga me prestó "El mapa y el territorio" de Michel Houellebecq, a quien había leído con muchísimo gusto unos cuantos años atrás en "Ampliación del campo de Batalla" y la imperdible "Las partículas elementales"*.
En estos años, si bien siempre estaba tentada de leer más de él, preferí dedicar el tiempo a otros autores. Eso de que con cada novela que saca aparece una gran polémica en los medios, me alejó un poco, pero es verdad que Houellebecq es un exquisito crítico de la sociedad.La describe de un modo muy entretenido, que acompaña con el encanto del humor cínico, el absurdo y el reirse de uno mismo, acciones esenciales para poder vivir en estos tiempos posmodernos. Aún me falta leer el último tirón, igual ya la recomiendo.

Por último este es el mapa y el territorio de los sueños del gato.

"Recorridos en sueños"



*Imperdible como  lectura, no así como objeto porque es un libro que lamento muchísimo haber perdido. ¿Vieron cuando sale cadena de préstamos y se olvida el último involucrado? Bueno así.