¡Floreció!

A mi me parece increíble que después de los trasplantes y de estar bajo mi cuidado por tanto tiempo, esta especie de enredadera, que no sé como se llama, haya sacado dos florcitas.
Su historia es así: mi padre sacó un gajo de la planta que esta en el frente de casa, y que cada tanto mi madre rapa porque le molesta, y la puso en una maceta muy pequeña, para traerla para acá. Una vez que se notaba que la planta ya estaba creciendo en esa maceta y hasta tenía algunos brotes, llegó a mi balcón. Después de haber estado como un año en tan reducido espacio que, sin embargo, no le impidió llevar una vida verdeante, quise darle más libertad de crecimiento y la trasladé a una maceta más grande. Maceta que ya tenía unos cuantos cadáveres en su haber, y que sólo había podido mantener esa especie de plaga que crece por todos lados y tiene una hoja verde redonda y carnosa, que algunos le dicen dólar. Tendrían que haber visto semejante hazaña la mía. La tierra estaba tan dura que el único modo de hacer un hueco en ella fue, literalmente, apuñalarla repetidas veces. Yo estaba en cuclillas con un cuchillo tramontina en la mano y mientras le daba una y otra vez a la maceta imaginaba a los vecinos mirándome y aterrándose un poco. Espero yo, que desde los diferentes ángulos la maceta haya estado a la vista, creo que fue así, porque no recibí denuncia alguna, ni siquiera un tímido timbrazo. El pobre cuchillo quedó desmangado y la planta un poco maltrecha en la nueva maceta. El otro inconveniente fue que después de regarla para empujarla bien y ablandar la tierra, el recipiente dejó de drenar el exceso de agua y se formó un lodo muy resistente. Volteé un poco la maceta y descubrí que solo tenía un agujero y estaba tapado, traté de limpiarlo y opté por regarla poco en el futuro.

Por meses la planta parecía empeorar cada día, hasta que un día empezó a re-brotar y mírenla ahora hasta se le dio por florecer.

Me voy a ver a Mataplantas, Lucas Martí y Adicta al escenario detrás del planetario.