lunes, 24 de febrero de 2014

Nadar en el mar



A veces pasa que me tiro al sol en la playa,
es para secarme, luego de haber entrado al mar.

A diferencia de muchos, prefiero los mares de aguas frías.
Sentir el tacto del agua envolviendo cada milímetro de la piel al ingresar.
Respirar profundo, quebrar la sustancia líquida con el cuerpo, 
nadar en la libertad del mar...
limpio, 
vacio de gente, 
repleto de luz.

Luego, el sol parece una hamaca que mece el cuerpo fresco, sensible, 
con ayuda de una brisa evapora cada gota, y cubre la piel de sal calma y placer.


(Puerto Madryn, Chubut)