La noche se silencia, todos parecen dormir en sus carpas, y la lista aleatoria me trae Strange meeting II de Nick Drake. El sueño llega forzado por el vino, y yo fuerzo a ambos a persistir, a acompañarme un rato más bajo este cielo de estrellas que echan unos vistazos brillantes, camuflados entre copas de eucaliptus tan altos... No hay brisa alguna, es una sutil humedad la culpable del fresco que se siente.
Se deja oler fuerte ese pasto húmedo del bosque, mezcla de copos de eucaliptus y ramas crujientes del piso, más escaso se siente el aroma del mar, quizá lo percibo tan solo porque sé que esta hacia allá, entre la arena de aquellos médanos, unos metros más.
(En el camping del bosque en Pehuen Co, Buenos Aires)
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