jueves, 16 de mayo de 2013

Tabu

Me pregunto si algún
hombre,
desconocido a los demás asistentes,
dejará
una flor
en mi entierro.

Pero mi cabeza,
creo yo,
aún está lejos de mezclar
pasados
con delirios.

Además, nunca vi un cocodrilo de cerca.

El sonido del piano se suspende
en la inmensidad de la sala oscura.
Insensatez
de sentir.

Ahora mismo en el tren,
que nos hizo pasar de un andén al otro,
partir tarde y enfurecer,
hay un
hombre
atractivo.
Lee una edición bien gastada de
"Sobre héroes y tumbas".
El sol de la mañana
naranjea parte de las hojas
y su rostro.

Cuando bajo nos miramos por última vez,
con mi hombro rocé
el horizonte
de su espalda.
Es que la demora había llenado al tren.



Tabú, segundo film de Miguel Gomez, es una de esas películas que hace sentir.

6 comentarios:

Rob K dijo...

Me gusta el verbo naranjear. También que alguien lea a Sábato en un andén.

Saludos, cr.

Unknown dijo...

No sé porque no se usan los colores en su forma verbal, no encontraba otro modo para describirlo mejor.
También me gustan los que leen en el tren, y los hombres lindos que vajan en él. Aunque no me anime a dejarles el papel donde anote la dirección del blog; o aunque luego se enamoren de otras.

Unknown dijo...

Saludos!

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Hermes D. dijo...

Me gustó mucho, en especial lo de naranjear (ya lo dijo Rob, pero tenía que decirlo) y también eso de rozar el horizonte de una espalda. Se me hace que es un roce imperceptible, pero roce al fin.
Saludos.

Unknown dijo...

Gracias Hermes,quizá la próxima pruebo con más fuerza de roce.

Saludos