Todos los años se estrenan de esas películas de adolescentes que no dicen nada, en las que no pasa nada, sin ninguna pretención o mensaje, que cuestan dos mangos y que por una extraña empatía que establezco con alguno de los personajes terminan por gustarme.
Me pasa también que esa relación se afianza de a poco, quizás salgo de la película diciendo: uf, una más en la que nada pasa; y, con el tiempo me voy encariñando hasta que digo: andá a verla, esa peli me encantó!
Entran en esta categoría Temporada de Patos y Como un avión estrellado. La primera es una película mexicana que se estrenó ayer (la vi en abril en el BAFICI), el director encierra en una habitación cuatro actores, una pizza, una coca-cola, un horno, unos brownies, jueguitos de video y un cuadro, con tan poca cosa logró que hayan quedado en mi memoria más de una escena cómica y adorable. Dedooooooo (solo para los que la han visto)
Con la segunda fui más cautelosa ya que tuvo mucha prensa para mi gusto y, Nadar Solo, la película anterior del mismo director, era bastante aburrida. Pero como en el complejo Tita Merello con carnet de estudiante pago $2, me arriesgué. Y salí ganando (en realidad del cine salí llorando, pero soy de lágrima fácil... y era sábado a la noche y estaba sola, jua!!!), el director creó, con las imágenes, los chicos y la música, una película muy expresiva y sensitiva. Reitero ambas son aburridas, no pasa nada y los diálogos parecen tontos, pero no pretenden otra cosa y el conjunto las eleva a: sí, dedicale el tiempo.
Me pasa también que esa relación se afianza de a poco, quizás salgo de la película diciendo: uf, una más en la que nada pasa; y, con el tiempo me voy encariñando hasta que digo: andá a verla, esa peli me encantó!
Entran en esta categoría Temporada de Patos y Como un avión estrellado. La primera es una película mexicana que se estrenó ayer (la vi en abril en el BAFICI), el director encierra en una habitación cuatro actores, una pizza, una coca-cola, un horno, unos brownies, jueguitos de video y un cuadro, con tan poca cosa logró que hayan quedado en mi memoria más de una escena cómica y adorable. Dedooooooo (solo para los que la han visto)
Con la segunda fui más cautelosa ya que tuvo mucha prensa para mi gusto y, Nadar Solo, la película anterior del mismo director, era bastante aburrida. Pero como en el complejo Tita Merello con carnet de estudiante pago $2, me arriesgué. Y salí ganando (en realidad del cine salí llorando, pero soy de lágrima fácil... y era sábado a la noche y estaba sola, jua!!!), el director creó, con las imágenes, los chicos y la música, una película muy expresiva y sensitiva. Reitero ambas son aburridas, no pasa nada y los diálogos parecen tontos, pero no pretenden otra cosa y el conjunto las eleva a: sí, dedicale el tiempo.
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No se olviden hoy es el Cata Fest.
Balcarce y Carlos (Andrés) Calvo 21 hs
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