domingo, 9 de octubre de 2005

victor



Descansamos: un sueño puede envenenar nuestro sueño.
Al levantarnos, un incierto pensamiento echa a perder el día.
Sentir, concebir o razonar; reír o llorar;
abrazar las penas o alejar nuestras cuitas.
Todo es igual porque, sea de alegría o de pena,
la ruta de la partida esta siempre libre.
La víspera no se parecerá quizás al mañana.
Solo la inestabilidad es constante.


“Frankestein” Mary W. Shelley

Este poema aparece mientras el protagonista de la novela, Victor Frankestein, se encuentra en el medio de los alpes en búsqueda de su abominable creación. La descripción que hace de su escalada del Mont Blanc me recuerda a paisajes vistos en el sur, una de las mejores sensaciones que dejó mi paseo del año pasado fue cuando con prima Laura, recorrimos el cerro Bandurrias en San Martín de los Andes.
Después de internarnos en un sendero escasamente señalizado y que parecía intransitado; subimos sin saber exactamente el tiempo que nos llevaría llegar a la cima, mientras los árboles nos iban rodeando y por esa inestabilidad constante, pudimos escuchar sus troncos chocar entre si. De pronto los árboles se convirtieron en gigantescos toc-tocs y ejecutaron una partitura para nosotras.
Espero que esta foto estática y oscura ilustre un poco la sensación.Los mejores recuerdos que tengo de viajes son como sueños o imágenes irreales y generalmente llego a ellas cuando estoy en silencio.

Esto fue escrito hace tiempo (26-01-04) cuando colgandoropa funcionaba vía mail para algunos amigos.
Es mi homenaje a Mary, la madre de la criatura, para que la espera de “El cadáver de la novia” sea menos larga. Pensé en poner solo el poema pero se han hecho indisociables con la foto.
Alguien conoce el cuento en el que esta basado la peli?

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