lunes, 25 de mayo de 2009

Venteros de labios quebrados

(Viernes, 22 de mayo, un paseo por la Quebrada)


Entonces el día se aquietó para dejar un recuerdo: Después de haber recorrido muchos kilómetros por rutas argentinas en la altura –a veces rectas, otras serpenteantes, siempre entre colores- hubo un momento en que el sol bajó; y prescindiendo de la intensidad roja que muestra en el horizonte plano, solo con un suave anaranjado quebrado, fue apagando nuestros rostros y el brillo de los álamos. No quedó otra que sentarnos sobre las piedras junto al río, olvidar por un rato la Salta y la Norte, mirar en silencio y guardar.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora que sé que ya no está así, la foto de TU puerta de Cachi adquiere un valor inconmensurable!
cata

Unknown dijo...

Pensé eso mientras buscaba las calles, la puerta, y a Tin Tin parado en el extremo de la calle contemplando el lugar, en la misma posición como quedó guardado para siempre en otra de esas fotos; por supuesto todo eso resultó imposible. Sabía que no iba a encontrar lo mismo, pero un poco me desilusioné... después me puse a pensar y no fue tan grave.

La realidad es que cada foto tiene un valor único y es el de ese instante, que está determinado por el tiempo de entrada de la luz; es una razón importante que me lleva a negar una foto como ícono, recuerdo una discusión con Sarita P. También sé que yo estoy equivocada, pero no me convencen.

Por otro lado, pedir a los demás que se detengan o que conserven aquello que nos gustó es en extremo egoísta. Los cambios son inevitables, alabanzas a los cambios, de otro modo todo sería un embole. La cuestión es ver que fuerza a los cambios y a donde conducen. Es un tema que da para un post y múltiples discusiones, de ser este un blog visitado estaría bueno hacerlo pero es probable que ahí dejé todo por falta de incentivos.