Mi madre y Jorgito me quieren matar... o intoxicar al menos

Miércoles 2 de mayo no habían pasado más de tres horas de mi temprana jornada laboral en la unq, cuando yo ya me sentía una perfecta infradotada por situaciones acontecidas en ese tiempo, quise entonces despabilar mis penas y mi cabeza con unos mates y alguna cosa dulce como post-desayuno (desayunar a las 7:30 no es para mí), en lugar de comprar galletitas decidí atacar uno de los alfajores con que mi madre había rellenado el tuper que ayer yo había llevado a casa con galletitas caseras. Mi hambre era tal que comí el Jorgito de leche a pesar de su gusto un poco extraño -nunca examino demasiado aquello que como, sí lo hago cuando lo compro-, estaba en los últimos bocados cuando di vuelta el alfajor para descubrir que su base estaba un poco verdosa, observé el envase y no encontré la fecha de vencimiento en su lugar, quite el azúcar de ese color extraño y me lo terminé, pero sin comerme las preciadas migas, que fueron descartadas en el tacho de basura. Una vez con el envoltorio vacío, lo observé con atención hasta encontrar la fecha de vencimiento, yo esperaba un marzo, o abril del 2007, pero me encontré con un 6 de noviembre del 2006! ¿Oh por favor madre donde compraste esos alfajores?