Advertencia en este posteo se insulta a una persona mayor.
Interrumpo las postales de Rosario para contarles cómo ayer perdí mi calma culpa de la vieja del noveno. Primero creo conveniente hacer una descripción de esta persona que habita en mi mismo edificio. La dama en cuestión tendrá alrededor de 70 años, es de estatura media con cuerpo de señora grande, pero que debe haber llevado muy bien de joven. Siempre viste de ropa oscura con toques de flores en rojo o algún color llamativo, cartera dorada o plateada en la mano o colgando, sandalias de taco chino alto, lleva el pelo corto teñido de negro azabache, los labios de rojo y los ojos delineados y maquillados de oscuro; el conjunto no es elegante, esta más bien al borde del cocoliche mal. Camina con una pequeña dificultad, o como si estuviera drogada y en general esta acompañada de una sierva. Siempre tiene cara de culo y se anda quejando por todo, en especial porque vive en el noveno y tiene que esperar mucho el ascensor. También supe, apenas me mudé, que la muy guacha se quedó con la mínima terraza que era espacio para el uso de todos los habitantes del edificio, parece que no sé que problema tuvo con una filtración y no se que más y es tan hincha pelotas que logró que en las reuniones de consorcio el resto de los propietarios aceptaran darle esos m2 para que no joda más. Otro dato pintoresco es que la veterana ésta va siempre a bailar a las milongas, pero una vez escuché que después de Cromagñón las milongas no tenían habilitación y ella seguía yendo a los bailes clandestinos, de verdad ahora no me acuerdo a quien le contaba esto pero yo casi me muero.
Sería injusto de mi parte si obviara decir que el ascensor en mi edificio es un plomazo, hay sólo uno, no tiene memoria y sólo entran 3 personas. En las horas pico uno tiene que figurarse estar en un programa de preguntas y respuestas y apretar el botón lo antes posible para ganarle a los otros participantes, de tener malos reflejos puede estar minutos viendo pasar el artefacto sin poder llegar a destino. Además, somos pocos los que detenemos el ascensor si vemos a alguien en el camino o si lo escuchamos en el piso de abajo.
Ayer llegaba yo de dar una vuelta en bici, llamo al ascensor que estaba en el 9, utilizo ese tiempo en levantar la bici y pararla sobre la rueda trasera, llega el ascensor, abro las puertas, entro primero, luego la bici (no puedo hacerlo al revés) toco el 7… cuando paso por mi piso veo que el ascensor sigue. Bien, alguien me ganó en el juego de apretar el botón, yo ya no podía frenarlo así que me deje llevar. Se detiene en el noveno y ahí veo una cara de orto conocida, la vieja en lugar de dejarme volver a mi piso, abre la puerta e intenta meterse a toda costa -cuando estoy con la bici es difícil que entre alguien más y menos si nos es flaco- le digo que por favor me deje ir a mi piso hacia donde me dirigía originalmente y que enseguida le dejaba el ascensor libre. La señora muy testaruda, se ve que tiene el cerebro atrofiado de tanta tintura y los oídos tapados por el bandoneón, no cerraba la puerta e intentaba entrar. Ahí me saqué y le dije con un tono elevado y cero cortesía:
Pero señora ¿dónde quiere meterse?, no ve que no podemos, yo voy al séptimo, que es adonde iba, bajo y le dejo el ascensor- y agregué – si usted sube ahora, tiene que parar en el 7, bajarse, dejarme salir y después volver a subir, ¿Por qué no me deja bajar tranquila, ehhhhhh?
Después de unos segundos de titubeo me dejo libre, llegué a destino bajé, cerré las puertas lo más rápido posible y le grité “ahí tiene el ascensor” para terminar en vos baja con estas tres palabras: “vieja de mierda”.
Interrumpo las postales de Rosario para contarles cómo ayer perdí mi calma culpa de la vieja del noveno. Primero creo conveniente hacer una descripción de esta persona que habita en mi mismo edificio. La dama en cuestión tendrá alrededor de 70 años, es de estatura media con cuerpo de señora grande, pero que debe haber llevado muy bien de joven. Siempre viste de ropa oscura con toques de flores en rojo o algún color llamativo, cartera dorada o plateada en la mano o colgando, sandalias de taco chino alto, lleva el pelo corto teñido de negro azabache, los labios de rojo y los ojos delineados y maquillados de oscuro; el conjunto no es elegante, esta más bien al borde del cocoliche mal. Camina con una pequeña dificultad, o como si estuviera drogada y en general esta acompañada de una sierva. Siempre tiene cara de culo y se anda quejando por todo, en especial porque vive en el noveno y tiene que esperar mucho el ascensor. También supe, apenas me mudé, que la muy guacha se quedó con la mínima terraza que era espacio para el uso de todos los habitantes del edificio, parece que no sé que problema tuvo con una filtración y no se que más y es tan hincha pelotas que logró que en las reuniones de consorcio el resto de los propietarios aceptaran darle esos m2 para que no joda más. Otro dato pintoresco es que la veterana ésta va siempre a bailar a las milongas, pero una vez escuché que después de Cromagñón las milongas no tenían habilitación y ella seguía yendo a los bailes clandestinos, de verdad ahora no me acuerdo a quien le contaba esto pero yo casi me muero.
Sería injusto de mi parte si obviara decir que el ascensor en mi edificio es un plomazo, hay sólo uno, no tiene memoria y sólo entran 3 personas. En las horas pico uno tiene que figurarse estar en un programa de preguntas y respuestas y apretar el botón lo antes posible para ganarle a los otros participantes, de tener malos reflejos puede estar minutos viendo pasar el artefacto sin poder llegar a destino. Además, somos pocos los que detenemos el ascensor si vemos a alguien en el camino o si lo escuchamos en el piso de abajo.
Ayer llegaba yo de dar una vuelta en bici, llamo al ascensor que estaba en el 9, utilizo ese tiempo en levantar la bici y pararla sobre la rueda trasera, llega el ascensor, abro las puertas, entro primero, luego la bici (no puedo hacerlo al revés) toco el 7… cuando paso por mi piso veo que el ascensor sigue. Bien, alguien me ganó en el juego de apretar el botón, yo ya no podía frenarlo así que me deje llevar. Se detiene en el noveno y ahí veo una cara de orto conocida, la vieja en lugar de dejarme volver a mi piso, abre la puerta e intenta meterse a toda costa -cuando estoy con la bici es difícil que entre alguien más y menos si nos es flaco- le digo que por favor me deje ir a mi piso hacia donde me dirigía originalmente y que enseguida le dejaba el ascensor libre. La señora muy testaruda, se ve que tiene el cerebro atrofiado de tanta tintura y los oídos tapados por el bandoneón, no cerraba la puerta e intentaba entrar. Ahí me saqué y le dije con un tono elevado y cero cortesía:
Pero señora ¿dónde quiere meterse?, no ve que no podemos, yo voy al séptimo, que es adonde iba, bajo y le dejo el ascensor- y agregué – si usted sube ahora, tiene que parar en el 7, bajarse, dejarme salir y después volver a subir, ¿Por qué no me deja bajar tranquila, ehhhhhh?
Después de unos segundos de titubeo me dejo libre, llegué a destino bajé, cerré las puertas lo más rápido posible y le grité “ahí tiene el ascensor” para terminar en vos baja con estas tres palabras: “vieja de mierda”.
6 comentarios:
quiero ir a una milonga clandestina.
JAJAJA
Yo soy mas mala. La hubiera dejado subir, estrujado para luego bajarla a emoujones en el septimo, no sin antes apretar los botones de otros pisos para que le pare en todas las estaciones intermedias. Igual sacarse las ganas de decirle vieja de mierda no tiene comparacion.
BEsos
emc
Aclaración en el último párrafo donde dice vos quiere decir voz, que horror!
El problema es que lo de tocar todos los botones es inútil porque el ascensor no tiene memoria, solo sabe ir a un lugar por vez.
Lo que deben ser las milongas clandestinas, los galanes que ha de haber.
juajuajuajaja...
alquiler en la zona de palermo: $700
bicicleta de paseo de mujer:
$300
que cr se saque y le diga vieja de mierda a la vecina:
no tiene precio!!
Jajaj fabuloso. :)
Esa vieja es un personaje! Habría que hacerle una estatua de cera con ella adentro. :D
Ja sí es un personaje. Kaexar me gusto tu idea, a ver si así logramos que libere la terraza.
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