lunes, 26 de septiembre de 2005

Francisco

El viernes pasado, sin necesidad de estrellas invitadas, ni pose de diva, ni histeria del público (salvo dos deshonrosas excepciones lamentablemente ubicadas en nuestra misma fila), ni video de propaganda, ni nada de eso que tanto me molesta cuando sólo quiero disfrutar de canciones que me gustan, Bochatón dio un recital buenísimo en el N/D Ateneo.
Acompañado de guitarra y batería, nuevamente él tocando el bajo, fueron casi 2:30 hs donde desfilaron canciones, y algún que otro comentario de la incoherencia a la que acostumbra: “...es que pienso más cosas de las que digo en voz alta, quizás por eso no se entiende”, o una frase similar sirvió de justificativo.
La presentación de La tranquilidad después de la paliza, fue mucho más de lo que esperaba, El Bochis estaba de buen humor y tocó casi todos los temas de sus trabajos anteriores.
Huracán, Estacas y los temas de los Peligrosos Gorriones llenaron de energía el lugar. Si bien las versiones de algunos temas de Cazuela no me gustaron tanto, Caja de Zapatos estuvo en la lista y Pastillas celestes fue suprema, maravilloso fin para un bloque que había creado un clima de calma, que un estúpido se encargó de cortar cuando gritó desaforadamente “El bicho Reactor”, ni bien había terminado esa canción. No pudo ser tan desubicado.
Un momento muy agradable fue cuando lo acompañó uno de los chicos que tocaba la batería con un instrumento llamado Diafragma o Vibráfono o algo por el estilo, una especie de xilofón pero vertical... que sonido buenísimo lo quiero para despertarme todas las mañanas, ahí dijimos que otros platenses hubieran muerto de envidia si veían eso.
Después de dos bloques de bises, parecía que se terminaba, ya estábamos satisfechos y los del teatro empezaron a prender las luces, la gente comenzó a retirarse, nosotros nos demoramos un poquito más; y lo bien que hicimos porque así de la nada vuelve a salir al escenario hace seña al público y se pone otra vez a cantar, ahora El candado una de las más solicitadas de la noche. Raudamente nos acercamos hasta adelante y el show siguió un poco más. Después ya todos cebados empezamos otra, otra, pero los agretas del teatro habían encendido todas las luces y nos empezaron a echar. Claro cuando miro la hora ya eran las 02:33.Increíble hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un recital.

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