(Viernes, 22 de mayo, un paseo por la Quebrada)
Entonces el día se aquietó para dejar un recuerdo: Después de haber recorrido muchos kilómetros por rutas argentinas en la altura –a veces rectas, otras serpenteantes, siempre entre colores- hubo un momento en que el sol bajó; y prescindiendo de la intensidad roja que muestra en el horizonte plano, solo con un suave anaranjado quebrado, fue apagando nuestros rostros y el brillo de los álamos. No quedó otra que sentarnos sobre las piedras junto al río, olvidar por un rato
2 comentarios:
Ahora que sé que ya no está así, la foto de TU puerta de Cachi adquiere un valor inconmensurable!
cata
Pensé eso mientras buscaba las calles, la puerta, y a Tin Tin parado en el extremo de la calle contemplando el lugar, en la misma posición como quedó guardado para siempre en otra de esas fotos; por supuesto todo eso resultó imposible. Sabía que no iba a encontrar lo mismo, pero un poco me desilusioné... después me puse a pensar y no fue tan grave.
La realidad es que cada foto tiene un valor único y es el de ese instante, que está determinado por el tiempo de entrada de la luz; es una razón importante que me lleva a negar una foto como ícono, recuerdo una discusión con Sarita P. También sé que yo estoy equivocada, pero no me convencen.
Por otro lado, pedir a los demás que se detengan o que conserven aquello que nos gustó es en extremo egoísta. Los cambios son inevitables, alabanzas a los cambios, de otro modo todo sería un embole. La cuestión es ver que fuerza a los cambios y a donde conducen. Es un tema que da para un post y múltiples discusiones, de ser este un blog visitado estaría bueno hacerlo pero es probable que ahí dejé todo por falta de incentivos.
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