Pero siempre hay algo para comentar, en este caso agradecer a los amigos el nuevo habitante de casita. Hace tiempo que lo veía (o la veía) en las vidrieras con muchas ganas, pero lo pensaba un poco incómodo así tan grandote y pesado, que era mejor tener las tiras fragmentadas en el formato original, esas que leía en Rosario, tesoro de tío REM, pero que iba a llevar tiempo juntarlas y bla, bla… Finalmente el domingo me ligué un “Toda Mafalda”, la cuestión es que desde entonces, al acostarme lo tomo entre mis manos cubriendo casi todo el torso y, antes de dormirme o mientras, leo al azar algunas páginas; son precisamente ese peso y ese grandor los que le dan un toque especial, el de sentirse uno muy pequeñito, como un niño, con semejante libraco entre las manos leyendo otra vez esos cuadritos mágicos.
jueves, 4 de diciembre de 2008
Regalo
Tarde se hizo para escribir sobre aquello que quería escribir. Siempre pasa lo mismo, las palabras aparecen y se acomodan en mi cabeza mientras las canciones suenan y me acompañan en el quehacer culinario, o lo que esté haciendo, a veces me cocino. A decir verdad, fue al revés, primero estuvieron las intencionadas canciones y luego el hacer algo de comida, para completar el acompañamiento, porque así se escuchan mejor. Pero claro, entre el no estar muy ducha en esto de saber de música y el perderme con las biografías, poesías y datos para acomodar, los minutos pasaron y las ideas también, perdiendo estas el ímpetu original se esfumaron hasta nuevo aviso y menos sueño.
Publicado por Unknown en 12:11:00 a.m.
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2 comentarios:
que lindo...
yo lo leo cada tres meses y me ayuda para tener charlas en reuniones en que no conozco a nadie
CR las revis están en mi oficina, es una bolsota.
escribime o algo si andas por retiro o te las puedo alcanzar a la facu los días martes tipo 19,00 hs. Besooo
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